Un té muy Marlena: mi experiencia en el Ritz de Madrid

No soy de planes apurados y, en cualquier caso, esto no era una merienda cualquiera. Tenía expectativas, claro que sí. Tomar el té en el Ritz no es un plan para todos los días. Fui una tarde de abril con ganas de comprobar si esa mezcla de historia, lujo y tradición seguía funcionando. Y sí, funciona.

Un poco de historia: el Ritz y el té en Madrid
El Hotel Ritz de Madrid, hoy Mandarin Oriental Ritz, abrió sus puertas en 1910 por iniciativa del rey Alfonso XIII. Tras una reforma integral que terminó en 2021, el hotel mantiene su esencia palaciega, con un aire renovado. El salón Palm Court, bajo una cúpula de cristal restaurada, es el escenario ideal para su versión del afternoon tea. Inspirado en la tradición británica y con toques locales, es una experiencia que se disfruta con todos los sentidos.
La experiencia: mi tarde en el Ritz
El salón es luminoso y tranquilo. Nos recibieron con una copa de champán y una atención impecable. La carta de tés, cafés y chocolates es larguísima, para perderse. Yo pedí un rooibos de bourbon vainilla que trajeron en tetera, acompañado de un colador por si me molestaban las hebras. Un detalle cuidado que se agradece.
Además del afternoon tea, también es posible merendar a la carta. Vi que los churros con chocolate eran bastante populares, otra opción perfecta para una tarde especial.
La parte salada y la dulce llegan al mismo tiempo: mini sándwiches y piezas con salmón, marisco, setas, hummus… junto con pasteles y tartaletas que cambian según la temporada. Yo probé la selección especial de Pascua: bien ejecutada y nada empalagosa. Mientras estás con lo salado, desde algún rincón del salón están atentos, y en cuanto terminas, aparecen con los scones calientes, recién hechos. Se sirven con crema fresca y una mermelada de violetas impresionante. En la mesa también había otras mermeladas: fresa, melocotón, limón y lavanda.
Todo llega con calma, sin prisas y con naturalidad. El piano tocaba música de películas, muy agradable. Y los camareros fueron especialmente amables: atentos, discretos y encantadores.
Un detalle que me pareció importante: olvidé mi tarjeta de crédito en la mesa, y en menos de diez minutos me llamaron por teléfono para tranquilizarme y confirmarme que la habían guardado con cuidado.
Otro detalle bonito: al reservar en la web del hotel, puedes indicar si se trata de una celebración especial. En ese caso, suelen tener un gesto dulce extra. Un guiño que marca la diferencia.
Información práctica
- Precio: 55 € por persona (abril 2025).
- Horario: Todos los días, de 16:00 a 19:00.
- Reservas: A través de la web del hotel o por teléfono.
- Código de vestimenta: Elegante informal. No hace falta ir de gala, pero no es sitio para deportivas.
- Consejo: Ve con tiempo y sin hambre. El ambiente y la comida merecen calma.
¿Merece la pena?
Sí. Por cómo te tratan, por el cuidado de cada detalle y por lo poco habitual que es sentirse bien atendida de verdad. Un amigo me dijo una vez que lo de tomar el té era cosa de mayores. Yo creo que es cosa de quien quiere que lo traten como una reina. Es un super plan con amigas, y más ahora que llega el buen tiempo. Parece un plan de otra época y es todo un descubrimiento. Las novedades están bien, pero los clásicos de siempre son un acierto seguro. A veces lo olvidamos.
Y sí, el Ritz brilla. Es un super capricho. Como entrar en una peli donde tú eres la princesa.
Cierre
Volví caminando por El Retiro con la sensación de haberme regalado algo diferente. Lo mejor no está en el lujo vacío, sino en lo que te hace parar. Y ahí, el Ritz lo sigue haciendo muy bien.
¿Has vivido tú alguna tarde así? Te leo en los comentarios.
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